domingo, 21 de agosto de 2011

Aprender a soltar es quizás el desafío más difícil y doloroso que muchos seres humanos enfrentamos y es algo que sucede tan a menudo que se convierte en una lucha diaria entre el consciente y el inconsciente que se disputan lo que se debe o no se debe dejar , lo que se quiere o no se quiere dejar ir. Por ejemplo, cada vez que alguien nos dice adiós, cuando un ser querido trasciende y más si es algo totalmente inesperado, cuando algo que le tenemos mucho valor y cariño se nos pierde, cuando un proyecto o un objetivo cumplieron su ciclo, y nos pide que crezcamos para dejarlo ir. Ufff… que duro es, cierto?
Que profunda ha sido la programación que tenemos en nuestro inconsciente que nos dificulta soltar todo aquello con lo cual hemos creado un apego. Yo lo visualizo como si dentro de nuestra mente existe una gran bolsa llena de artículos invaluables y de repente uno de esos artículos se te sale de la bolsa en un lugar oscuro y no lo encuentras, y comienzan nuestras debilidades a revoletear : coraje, frustración,  ansiedad, tristeza, impotencia, etc etc etc.

Hace poco en un entrenamiento de Ki Ko Reiki al cual asistí, mi maestro nos enseñó un ejercicio que se llama las tres “S” y ayuda mucho a deshacernos de la energía que nos producen esas debilidades  que se posesionan de nuestro espacio emocional y no le dan cabida a sentimientos que provienen de la ACEPTACION de que todo tiene un comienzo y un fin, de que no somos dueños de las cosas ni si quiera de lo que alguna vez pagamos, de las personas que están a nuestro alrededor. Kalil Gibran escribió un hermoso  acertado poema del que comparto un par de estrofas:

Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.


No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.


Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.


Estas estrofas del conocido poema me inspiran a realizar el ejercicio de las tres “S” pues  me pregunto: que puede sentir una madre o padre sino amor por sus hijos? Y al verlos partir, qué sería el sentimiento que acertadamente ha de corresponder de acuerdo a este poema? AMOR.  Al pensar en soltar con Amor, cambia totalmente la energía que vamos reciclando en nuestro cuerpo ya que pensar en amar  me hace sonreir, y si me voy un poco más allá, pienso que de mi corazón sale una hermosa sonrisa y luego expiro con ese mismo amor  todo lo que le entrego a Dios para que sea Él quien se encargue de todo.  Entonces, las tres S” consisten en: Sentir esa situación que actualmente te preocupa, perturba o desarmoniza, inhalar profundamente y al exhalar, sentir que el corazón Sonríe y  Soltarla, entregarla al Universo a Dios, como cada quien lo conciba para que nuestra energía se equilibre, se aclare y que lo que reine en nuestro mundo interior sea solo luz.

Aprender a soltar sonriendo significa sentir el cambio o transición  que nos permite automáticamente llenarnos de energía positiva y fortaleza. Eso nos prepara para iniciar un nuevo ciclo en nuestra existencia, deshaciéndonos de todo lo que ya no tiene lugar y seguir el camino de nuestro crecimiento personal para enfocarnos en lo nuevo.

Entonces mi amigo, el enfoque es aprender a soltar, acción que para realizarla debemos sumergirnos en un estado asertivo de cambio, disposición y sobre todo de aceptación. Nos cuesta soltar –pero todo es parte del aprendizaje- Tarde o temprano si reconocemos que debemos dejar ir cualquier situación que ya no nos corresponde, lo mejor es aceptarlo con amor y sonreir.

El poema REIR LLORANDO de Juan de Dios Peza que fue uno de los últimos que me aprendí durante mi vida de declamadora me deja un final para estas humildes líneas que te comparto:

“…Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma;
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas”.


Abrazos de luz!