miércoles, 21 de septiembre de 2011

NADANDO EN EL MAR DE LA FE

Hace poco me ponía a reflexionar de forma gráfica como podía interpretar cuando el MIEDO se apodera de nuestra energía y nos produce un estado de inseguridad y temor. Me visualizaba entonces nadando un mar oscuro, en el medio de la noche, sin saber hacia donde nadar para encontrar la orilla, pensando en que en cualquier momento una criatura del mar podía devorarme, luego nadaba y nadaba sin parar y comenzaba a pedirle entonces a Dios que me sacara de ese mar…que sensación tan desagradable!  Eso para mi representó un momento de cómo se puede sentir una persona cuando no sabe que hacer para salir de una situación y el estado en que permanece es el de huir sin saber hacia donde o simplemente paralizarse y esperar un desenlace. 

Necesité cambiar de estado y soltar ese momento para luego pensar en que representaría tener FE. Esa palabra tan corta pero tan poderosa a la vez que representa la energía que emana del interior de todo ser humano y que lo conecta con la luz de Dios y además lo empodera y refuerza la acción que debe realizarse para alcanzar lo que necesita.

Tener FE es confiar, es mantener una vela encendida que nos permite generar acciones positivas y por otro lado descansar en la gracia de Dios con la esperanza que se cumpla lo que es necesario para nuestro crecimiento.  Entonces, me visualizo nadando en un hermoso mar de agua cristalina y siento como floto, abro mis manos y respiro haciendo el ejercicio de las tres “S” que compartí en mi articulo anterior, soltando todo aquella energía que me obstaculiza mantener encendida la llama de la FE, que puede hacerse cada vez mas grande dentro de mi, confiando , confiando, confiando.


La visualización que he utilizado es en el agua pues creo en los poderes maravillosos de este preciado líquido y en mar que para mi representa el amor, la inmensidad y gran parte de nuestro planeta.  Refuerzo mi estado orando y aprovecho entonces para compartirle lo que recibí por parte de colegas de la Escuela de Reiki, que es el Padre Nuestro traducido al español directamente del Arameo, el cual encuentro maravilloso para este momento. 


Padre-Madre, Respiración de la Vida ¡Fuente del sonido, Acción sin palabras, Creador del Cosmos!

Haz brillar tu luz dentro de nosotros, entre nosotros y fuera de nosotros, para que podamos hacerla útil.

Ayúdanos a seguir nuestro camino respirando tan sólo el sentimiento que emana de Ti.
Nuestro Yo, en el mismo paso, pueda estar con el Tuyo, para que caminemos como Reyes y Reinas con todas las otras criaturas.
Que tu deseo y el nuestro, sean uno sólo, en toda la Luz, así como en todas las formas, en toda existencia individual, así como en todas las comunidades.
Haznos sentir el alma de la Tierra dentro de nosotros, pues, de esta forma, sentiremos la Sabiduría que existe en todo.

No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas del mundo nos engañen, y nos libere de todo aquello que impide nuestro crecimiento.
No nos dejes caer en el olvido de que Tú eres el Poder y la Gloria del mundo, la Canción que se renueva de tiempo en tiempo y que todo lo embellece.

Que Tu amor esté sólo donde crecen nuestras acciones. ¡Qué así sea!